Patógenos como Salmonella, Campylobacter y E. Coli se encuentran en alimentos procedentes de animales. Para reducir y evitar el riesgo de contaminación, es importante prestar atención al procesamiento, transporte, almacenamiento preparación de los alimentos, sobre todo en ciertas condiciones. Debe tenerse en cuenta que los principales factores que afectan al crecimiento bacteriano son la temperatura, los nutrientes, el aw y el pH.
No todos los alimentos tienen el mismo riesgo de contaminación. Algunos, como la carne cruda, huevos, productos lácteos, frutas o verduras, son capaces de soportar el crecimiento de bacterias patógenas a niveles que no son seguros para los consumidores. Todo ello si no se siguen unas correctas pautas de manipulación y, sobre todo, de conservación. Otros alimentos, en cambio, conllevan menos riesgo de contaminación porque es más difícil que se desarrollen en ellos bacterias patógenas. Es el caso de frutos secos, pastas, pan y alimentos secos. El tipo de microorganismo y la cantidad que se desarrolle dependerá, por tanto, de las propiedades del alimento, la manipulación y las condiciones de almacenamiento. Las bacterias y los hongos necesitan ciertas condiciones para multiplicarse.
Qué necesitan las bacterias para crecer
Las bacterias, en condiciones adecuadas, pueden dividirse cada 15 -20 minutos. Los hongos también crecen rápido, y las necesidades son muy similares a las de las bacterias. Las bacterias están consideradas la principal causa de las enfermedades provocadas por el consumo de alimentos contaminados. Cuanto mayor es la calidad del alimento, menor es su contaminación por microorganismos y, por tanto, durará más. Pero si la contaminación es muy elevada, procesos como la refrigeración o congelación no serán eficaces.
las sustancias que necesitan para crecer multiplicarse y desarrollarse son:
- Nutrientes. La mayoría de los alimentos contienen suficientes nutrientes para que las bacterias puedan crecer, sobre todo en casos como lácteos y huevos, carnes.
- Aw. Las bacterias también necesitan agua para crecer; sin este componente, el crecimiento disminuye o se detiene, de ahí que una de las formas utilizadas para alargar la vida de algunos alimentos sea la deshidratación.
- pH. Es la medida de acidez o alcalinidad, un factor determinante para controlar el crecimiento bacteriano. Con un pH bajo (condiciones ácidas) se detiene el desarrollo de bacterias, en ocasiones se ha añadido ácido láctico a los alimentos para aumentar la conservación; con un pH neutro, como es el caso de muchos alimentos, la mayoría de bacterias crecen muy bien.
- Temperatura. Las bacterias responsables de intoxicaciones crecen a temperaturas de entre 5ºC y 60ºC, considerada la zona de peligro. Los alimentos perecederos tienen que mantenerse a temperaturas de refrigeración (unos 4ºC). Algunos microorganismos se destruyen a temperaturas de pasteurización, de ahí que se recomiende cocinar los alimentos hasta que su centro alcance los 75ºC.
Cómo prevenir el crecimiento bacteriano
Para el evitar el desarrollo de bacterias y que crezcan deben tenerse en cuenta los factores que más influyen en su desarrollo. La prevención es una de las mejores maneras de evitar intoxicaciones alimentos, y esta incluye una manipulación adecuada como principal defensa. Debe tenerse en cuenta que la mayor parte de las enfermedades de origen alimentario están causadas por una mala práctica higiénica en el ámbito doméstico, de ahí la importancia de que los consumidores asuman su responsabilidad en la prevención de estas enfermedades.
- Comprobar que se mantiene una adecuada temperatura en la heladera y no sobrecargarla para dejar que el aire frío circule por todos los alimentos. Introducir los alimentos antes de las dos horas tras la compra.
- Lavarse las manos antes, durante y después de la manipulación de alimentos.
- Mantener superficies y utensilios bien limpios, y lavarlos después de cada uso.
- Calentar bien los alimentos durante la cocción para que se destruyen posibles bacterias que puedan estar presentes en el alimento. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que tras la cocción aumenta el riesgo de crecimiento bacteriano debido al descenso de la temperatura.
- No descongelar alimentos a temperatura ambiente; hacerlo en la heladera.
- Lavar la fruta y verdura.
- No poner en el mismo plato o superficie alimentos crudos y después cocinados para evitar la contaminación cruzada.
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